BUITRE LEONADO: LA MUDA Y LA DETERMINACIÓN DE EDAD A PARTIR DEL 5º AÑO DE CALENDARIO
Patrón de muda subadultos:
Como hemos visto hasta ahora, determinar la edad de los buitres mediante el patrón de muda era relativamente sencillo si se tiene claras las pautas a seguir. No obstante, a partir del quinto año de calendario la cosa se complica mucho más. Salvo alguna excepción, como se ha mencionado en el apartado anterior, ya no se observan plumas juveniles en las alas y ahora aparecen 2 ó 3 generaciones de plumas de adulto.
Hay una serie de factores que debemos tener en cuenta:
1- Los buitres de quinto y sexto año aún pueden mostrar un patrón de muda más o menos ordenado y con una simetría próxima al 80% entre las dos alas.
2- Los buitres subadultos van a mostrar tres generaciones de plumas de adultos.
3- Los buitres subadultos van a mostrar caracteres juveniles secundarios (ver en el tercer subapartado): gorquera, pico e iris.
4- Los buitres adultos mudan más rápido que los subadultos y sólo suelen diferenciarse dos generaciones de plumas de adulto con una gran asimetría entre ambas alas.
Analicemos el siguiente buitre, capturado en octubre:
He colocado una serie de flechas para que se vea el patrón de muda (negras- mudadas en el año en curso, azules- mudadas el año anterior, verdes-mudadas dos años atrás).
No podemos ver con claridad la muda de las secundarias, así que le damos la vuelta y sumamos datos:
Uniendo la información de ambas caras del ala, podemos ver con claridad tres generaciones de plumas de adulto y la sospecha de una posible pluma juvenil (flecha roja). El grado de desgaste es tal que no podemos asegurarlo. Sin embargo, este ejemplar mostraba el pico, el iris y la gorguera de un individuo joven, por lo que podríamos atrevernos un poco más.
Se observa que ya se ha comenzado a dar un salto desordenado de la muda. La P1 y la P2 son de la misma generación que la P5 y que la P9. Este patrón no seguiría un orden lógico de muda, pero ya hemos visto en las entradas anteriores que hay demasiados factores que hacen que la variabilidad de la muda sea elevada.
Según un criterio conservativo, podríamos decir que este ejemplar es de 5º ac o más, pero según el patrón de muda, el orden de las plumas mudadas y el diseño de los caracteres secundarios, yo diría que es un 6ºac.
El mismo día que capturamos el buitre anterior, capturamos a este otro, anillado de pollo en nido, con edad conocida por tanto: 8ac. Aún presentaba caracteres secundarios juveniles, pero la muda de las primarias estaba sufriendo un claro desajuste:
Esta muda no se debe a que el animal estaba fuerte y estaba mudando "a lo bestia" sino que este buitre tenía un desarreglo hormonal causado por factores que se me escapan pero que pueden tener relación con la condición corporal, substancias tóxica en la dieta, parásitos, etc. De hecho, no hay más que mirar el ala izquierda:
Las plumas nuevas, de la P4 hasta la P10, están "defectuosas", incluso la P8 está saliendo torcida. Fijaos en el desgaste de las plumas cerca del raquis.
Una pluma primaria de un buitre suele tardar un mes en crecer por completo. Un buitre no se puede permitir el lujo de mudar varias primarias a la vez, dado que le supone un gasto energético extra para volar en condiciones y, por lo tanto, desplazarse para alimentarse, además de los requisitos energéticos que la propia muda demanda. Por lo tanto, en situaciones como esta, el buitre debe movilizar recursos para conseguir que le crezcan en el mínimo tiempo posible todas las plumas perdidas. Eso hace que el buitre se debilite en exceso y que las nueva splumas crezcan deficitarias, débiles y quebradizas.
En definitiva, este ejemplar ya está condenado, pues tendrá que intentar sobrevivir al invierno con unas plumas que seguramente no le aguanten, se irán rompiendo y seguirá perdiendo condición corporal, hasta que ya no pueda más. De hecho, su cadáver apareció a la largo del invierno.
En caso de sobrevivir, este será uno de los ejemplares que harán demasiado complicado el sacar un patrón de muda lógico.
Patrón de muda adultos:
Los buitres adultos suelen comenzar la muda en abril y la prolongan hasta diciembre. No obstante, esto varía en función de una serie de factores, entre los que destacan la latitud, el clima de la región, el estatus reproductor, la fuente trófica y la edad del animal.
Así, es relativamente normal que en el sur de España se vean buitres mudando en enero y febrero, cuando en el norte es un suceso muy raro. La diferencia es que los inviernos en el sur suelen ser secos y con temperaturas benignas, mientras que en el norte la lluvia y el frío es constante y los buitres deben pasar días enteros sin poder moverse de las paredes, reteniendo energías. En este periodo resulta poco práctico derivar energías a la muda, cuando esas energías pueden suponer la diferencia entre superar o no el invierno. Además, algunos buitres comienzan la puesta en enero, lo que supone otro gasto energético considerable, sobre todo de las hembras. Asimismo, durante el celo y la construcción del nido, ambos adultos dedican muchas horas a estos menesteres, reduciendo el número de horas dedicadas a la búsqueda de alimento.
Todo esto puede alterarse si los buitres ocupan un área con una fuente de alimento predecible y disponible de forma continua en el tiempo, como un muladar abastecido cada pocos días. En tales circunstancias, los buitres dedican pocos recursos energéticos a la búsqueda de alimento y su estado corporal es bastante bueno, incluso durante los periodos críticos. Esto les permite movilizar recursos a la muda.
Por último, no es igual el conocimiento del medio de un buitre de 7 años que el de uno de 40 años. Los buitres viejos controlan su territorio, las señales del medio, las fuentes tróficas y regulan mejor las reservas energéticas del cuerpo. Por esta razón, a partir de los 8-10 años los buitres hacen una muda completa de todas las plumas en dos años, no en tres o hasta cuatro como les pasa a los jóvenes. Por término medio, los adultos mudan en un año el 48,9% de las primarias y el 56% de las secundarias.
En la siguiente imagen os muestro un buitre de más de 10 años capturado en febrero.
Las flechas, como siempre, indican la muda. En este caso sólo hay dos colores, el negro que indica la última muda y el azul que indica las plumas mudadas un año antes. Estamos en febrero de 2009, por lo que las flechas negras indican plumas mudadas en 2008 y las azules del 2007. ¡Ojo! la P3 parece nueva, recién crecida. Efectivamente, esta pluma fue la última que creció, posiblemente en diciembre.
Hay que tener en cuenta el desgaste diferencial entre la primera pluma que crece en abril y la última de diciembre. En estos ocho meses se observa ligeros cambios de color y de desgaste, pero las diferencias son notables con respecto al color y desgaste de las plumas de un año atrás.
En los buitres adultos la simetría entre ambas alas ronda el 66,7% en primarias y el 53% en secundarias. Además, hay plumas que se mudan de forma más frecuente que otras, posiblemente por su situación en el ala, su función y el mayor desgaste.
En este otro ejemplar adulto, capturado el 25 de septiembre de 2009, se observa como las plumas que ha mudado durante esta temporada son aún escasas: tres primarias y siete secundarias nuevas + tres secundarias creciendo. La P5 es una pluma del 2007 que deberá ser mudada en breve. De hecho, a este ejemplar aún le quedan dos-tres meses de muda muy activa.
Si en la mayoría de las aves se da un proceso más o menos lógico de muda, siguiendo un patrón establecido, en el caso de los buitres leonados adultos esto no parece ocurrir o, al menos, no hemos sido capaces de encontrar una pauta. Como he comentado antes, los buitres mudan con mayor frecuencia unas plumas que otras y son capaces de hacer una muda "a la carta" de plumas tocadas. Esto se debe al uso que dan de las plumas, que no sólo les sirven para volar, sino que son parte del lenguaje corporal que utilizan los buitres para establecer jerarquías durante la alimentación, por ejemplo. Así, en las siguientes fotos se observan las clásicas peleas para posicionarse ante la comida, donde las plumas de las alas son arrastradas contra el suelo, las piedras y los matorrales, las utilizan para golpear, sufren torsiones, dobleces y una infinidad de afecciones a su integridad. Así pues, ante tal sufrimiento físico de las plumas, el mudar una pluma rota sería una estrategia de supervivencia.
Esto, no obstante no es compartido por los jóvenes y subadultos, que tardan más en hacer una muda completa y suelen presentar un estado del plumaje bastante peor que cualquier adulto.
Con todo, las plumas son imprescindibles para la supervivencia de las aves, y la muda resulta un elemento fundamental para que las plumas puedan mantenerse en buen estado a lo largo de la vida del ave. Si no fuese así y teniendo en cuenta las pautas descritas en este blog, ¿cómo se explicaría que la mayoría de los buitres presenten una condición de las plumas IMPECABLE?
Aquí dejo unos ejemplos de buitres con las plumas en perfecto estado.
Así, es relativamente normal que en el sur de España se vean buitres mudando en enero y febrero, cuando en el norte es un suceso muy raro. La diferencia es que los inviernos en el sur suelen ser secos y con temperaturas benignas, mientras que en el norte la lluvia y el frío es constante y los buitres deben pasar días enteros sin poder moverse de las paredes, reteniendo energías. En este periodo resulta poco práctico derivar energías a la muda, cuando esas energías pueden suponer la diferencia entre superar o no el invierno. Además, algunos buitres comienzan la puesta en enero, lo que supone otro gasto energético considerable, sobre todo de las hembras. Asimismo, durante el celo y la construcción del nido, ambos adultos dedican muchas horas a estos menesteres, reduciendo el número de horas dedicadas a la búsqueda de alimento.
Todo esto puede alterarse si los buitres ocupan un área con una fuente de alimento predecible y disponible de forma continua en el tiempo, como un muladar abastecido cada pocos días. En tales circunstancias, los buitres dedican pocos recursos energéticos a la búsqueda de alimento y su estado corporal es bastante bueno, incluso durante los periodos críticos. Esto les permite movilizar recursos a la muda.
Por último, no es igual el conocimiento del medio de un buitre de 7 años que el de uno de 40 años. Los buitres viejos controlan su territorio, las señales del medio, las fuentes tróficas y regulan mejor las reservas energéticas del cuerpo. Por esta razón, a partir de los 8-10 años los buitres hacen una muda completa de todas las plumas en dos años, no en tres o hasta cuatro como les pasa a los jóvenes. Por término medio, los adultos mudan en un año el 48,9% de las primarias y el 56% de las secundarias.
En la siguiente imagen os muestro un buitre de más de 10 años capturado en febrero.
Las flechas, como siempre, indican la muda. En este caso sólo hay dos colores, el negro que indica la última muda y el azul que indica las plumas mudadas un año antes. Estamos en febrero de 2009, por lo que las flechas negras indican plumas mudadas en 2008 y las azules del 2007. ¡Ojo! la P3 parece nueva, recién crecida. Efectivamente, esta pluma fue la última que creció, posiblemente en diciembre.
Hay que tener en cuenta el desgaste diferencial entre la primera pluma que crece en abril y la última de diciembre. En estos ocho meses se observa ligeros cambios de color y de desgaste, pero las diferencias son notables con respecto al color y desgaste de las plumas de un año atrás.
En los buitres adultos la simetría entre ambas alas ronda el 66,7% en primarias y el 53% en secundarias. Además, hay plumas que se mudan de forma más frecuente que otras, posiblemente por su situación en el ala, su función y el mayor desgaste.
En este otro ejemplar adulto, capturado el 25 de septiembre de 2009, se observa como las plumas que ha mudado durante esta temporada son aún escasas: tres primarias y siete secundarias nuevas + tres secundarias creciendo. La P5 es una pluma del 2007 que deberá ser mudada en breve. De hecho, a este ejemplar aún le quedan dos-tres meses de muda muy activa.
Si en la mayoría de las aves se da un proceso más o menos lógico de muda, siguiendo un patrón establecido, en el caso de los buitres leonados adultos esto no parece ocurrir o, al menos, no hemos sido capaces de encontrar una pauta. Como he comentado antes, los buitres mudan con mayor frecuencia unas plumas que otras y son capaces de hacer una muda "a la carta" de plumas tocadas. Esto se debe al uso que dan de las plumas, que no sólo les sirven para volar, sino que son parte del lenguaje corporal que utilizan los buitres para establecer jerarquías durante la alimentación, por ejemplo. Así, en las siguientes fotos se observan las clásicas peleas para posicionarse ante la comida, donde las plumas de las alas son arrastradas contra el suelo, las piedras y los matorrales, las utilizan para golpear, sufren torsiones, dobleces y una infinidad de afecciones a su integridad. Así pues, ante tal sufrimiento físico de las plumas, el mudar una pluma rota sería una estrategia de supervivencia.
Esto, no obstante no es compartido por los jóvenes y subadultos, que tardan más en hacer una muda completa y suelen presentar un estado del plumaje bastante peor que cualquier adulto.
Con todo, las plumas son imprescindibles para la supervivencia de las aves, y la muda resulta un elemento fundamental para que las plumas puedan mantenerse en buen estado a lo largo de la vida del ave. Si no fuese así y teniendo en cuenta las pautas descritas en este blog, ¿cómo se explicaría que la mayoría de los buitres presenten una condición de las plumas IMPECABLE?
Aquí dejo unos ejemplos de buitres con las plumas en perfecto estado.
La gorguera, el pico y el iris. Evolución lenta hacia la madurez:
En las entradas anteriores he ido mostrando como variaba el color del pico, del iris y la forma y color de las plumas de la gorguera de los buitres de 1 a 5 años de calendario. No obstante, lo mismo que ocurre entre nosotros, los humanos, se da una gran variabilidad inter-individual del grado de madurez de estos caracteres secundarios, por lo que las reglas no pueden considerarse como absolutas, pero si que nos pueden aportar pistas para establecer la edad o el rango de edad de un buitre, lo que puede resultar más preciso si se suma a la información obtenida del patrón de muda.
Si nos encontramos un buitre como el de la foto, con lo que hemos aprendido hasta ahora, podemos saber con seguridad que es un segundo año de calendario, en junio.
En la siguiente foto muestro en el centro a un tercer año a la izquierda y un segundo año a la derecha, en junio.
Pero, ¿qué ocurre cuando no tenemos más datos y nos encontramos buitres como los de la siguiente imagen?.
Si nos encontramos un buitre como el de la foto, con lo que hemos aprendido hasta ahora, podemos saber con seguridad que es un segundo año de calendario, en junio.
En la siguiente foto muestro en el centro a un tercer año a la izquierda y un segundo año a la derecha, en junio.
Pero, ¿qué ocurre cuando no tenemos más datos y nos encontramos buitres como los de la siguiente imagen?.
Todos los buitres de la imagen superior son subadultos de 4 a 6 años de calendario. No tengo los datos del patrón de muda, por lo que no puedo afinar más. Pero destacan sus gorqueras en las que predominan las plumas largas marrones, el pico se va aclarando por la zona superior de la punta, y el iris es aún oscuro. Además, todos muestran coberteras mayores de adulto, lo que me da una idea de que han hecho, al menos, dos mudas.
Hay que tener cuidado con las variaciones de color debido a factores individuales, la luz, el estado del plumaje y si se han alimentado recientemente. Me explico:
Este buitre de la foto de abajo está empapado y bastante sucio, lo que puede condicionar el color de la gorquera. En este caso no hay problema, dado que se trata de un segundo año.
Sin embargo, en esta otra foto se observa un grupo de buitres totalmente empapados y con poca luz. En estas condiciones resulta muy complicado sacar alguna conclusión. Aunque en un primer plano, a la derecha, hay un buitre con las plumas de la gorguera largas y despeluchadas, por lo que debe tratarse de un subadulto.
Además, los buitres pueden tener la gorquera sucia por haberse alimentado de un cadáver fresco, empapándose las plumas de sangre.
En la siguiente entrada muestro buitres de diferentes edades y como varían sus caracteres secundarios: la gorguera, el color del pico y el color del iris.
Hay que tener cuidado con las variaciones de color debido a factores individuales, la luz, el estado del plumaje y si se han alimentado recientemente. Me explico:
Este buitre de la foto de abajo está empapado y bastante sucio, lo que puede condicionar el color de la gorquera. En este caso no hay problema, dado que se trata de un segundo año.
Sin embargo, en esta otra foto se observa un grupo de buitres totalmente empapados y con poca luz. En estas condiciones resulta muy complicado sacar alguna conclusión. Aunque en un primer plano, a la derecha, hay un buitre con las plumas de la gorguera largas y despeluchadas, por lo que debe tratarse de un subadulto.
Además, los buitres pueden tener la gorquera sucia por haberse alimentado de un cadáver fresco, empapándose las plumas de sangre.
En la siguiente entrada muestro buitres de diferentes edades y como varían sus caracteres secundarios: la gorguera, el color del pico y el color del iris.
Sensacional, magnífica entrada!
ResponderEliminarMuchas gracias Toño!
EliminarExcelente trabajo
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